¿Qué es el estreñimiento? El estreñimiento puede definirse como:
“La disminución del número de evacuaciones a menos de 3 a la semana en pacientes mayores de 1 año, por más de 6 semanas”
O también como:
“El aumento excesivo en la consistencia de las deposiciones acompañado con molestias defecatorias o defecación incompleta, al margen de la frecuencia”
El estreñimiento es un trastorno de alta prevalencia en pediatría. Supone entre el 3% y el 5% de todas las visitas en pediatría y entre el 6% y el 24% de las consultas en Asistencia Primaria. Hasta un 25% de los casos son derivados a consultas especializadas.2 Además, el 16% de los padres consideran que sus hijos sufren estreñimiento.
En el 95% de los casos, el estreñimiento tiene causas funcionales. Sólo un 5% de los casos tiene causas orgánicas. Para diferenciarlos, hay que prestar atención a la aparición de los siguientes signos de alarma.
El tratamiento requiere mucha paciencia y esfuerzo por parte del niño y sus padres, que necesitarán mucha ayuda por parte del pediatra. En este caso, la labor educacional del médico es fundamental y debe recordar que será clave:
- Tener paciencia, el tratamiento y la toma de conciencia pueden llevar meses.
- El tratamiento no es efectivo si no se consigue evacuación completa.
- Los fracasos terapéuticos se deben a medicación inadecuada o a suspenderla antes de tiempo. Las soluciones basadas en polietilenglicol se recomiendan por su eficacia, tolerancia y seguridad y se deben utilizar mientras sean necesarias. No hay que temer una dependencia de los mismos puesto que la musculatura rectal del niño puede reeducarse.
- Animar a los padres a premiar el esfuerzo del niño en conseguir el hábito de defecación regular, aunque no consiga defecar, ya que el esfuerzo depende del niño y es lo que afianzará el hábito.
- No se debe intentar la enseñanza del control de esfínteres hasta restaurar la percepción de recto lleno y conseguir que la defecación no sea dolorosa.